24 junio 2011

Borrar la historia personal.


Tenemos una biografía  que cargamos durante toda la vida. Mi papa era así, mi mama era agresiva, en el colegio no tuve muchos amigos, era gorda en esos años lo que me causaba vergüenza, mis papás se separaron cuando yo era chico y la relación con  mi padre fue siempre esporádica y distante, pasaba en esa época muchas horas solo, mi hermano me golpeaba y yo le tenía miedo...
Nos movemos entonces por el mundo contando reiteradamente la historia de nuestras vidas. ¿No te conté del bullying de que era víctima en el colegio?. Déjame hablarte de mi mama loca. Dame unos minutos para explicarte que la desconfianza que le tengo a los hombres es porque mi papá me daba susto con su vozarrón y su mirada silente y castigadora que provocaba un estallido de culpas por doquier. Yo era la del medio y sentía preferencias claras por mis hermanos de parte de mis padres.
Cada vez que repetimos como loros lo bueno y lo malo de nuestra biografía, renovamos sin querer una única descripción del mundo y nos plantamos estáticos e inmóviles siempre en el mismo lugar sin posibilidad de cambio.
Sigue...

Muchos han viajado fuera de Chile. Algunos han tenido la oportunidad de hacerlo solos, por turismo o trabajo. ¡Que diferente se siente el caminar por las calles de una cuidad nueva y desconocida!. Esa novedad no esta dada exclusivamente por el cambio de paisaje, sino porque además uno allá puede ser otro y no se tiene una historia personal clara. Como todo es fresco las definiciones que hacemos del mundo se tambalean: las clases sociales son mas difíciles de detectar en Nueva York, lo feo y lo bonito se vuelve mas ambiguo, se puede sentar uno en la acera a descansar, total ¡nadie me conoce!. Se puede vestir como le da la gana y se desenvuelve mas libremente porque no tiene que alimentar una historia personal que inconscientemente renovamos cada día.
La historia personal es un entramado de ideas y definiciones de cualidad biográfica que uno le repite constantemente a los demás y a sí mismo y que refuerzan la certezas sobre uno pero que impiden el cambio. Funcionamos con la historia personal desde la claridad -yo soy este- y no desde el misterio -¿quien seré yo realmente?-, empobreciendo la experiencia y trayendo tedio al mundo.
Por ejemplo: Amanda se considera fea. En la adolescencia descubrió que los hombres no la buscaban como si ocurría con a sus amigas, le hacían el vacío en las fiestas, y mas de alguna vez escuchó alguna crítica hiriente y una broma pesada. El apodo sobre su gordura dejaba claras las cosas. Pololeó prácticamente nada en la etapa del colegio.  Ahora a los 25 se relaciona con el mundo desde la definición de "soy fea".  Eso le produce timidez. Para congraciarse con el resto es cariñosa, preocupada por sus amigos y muy dependiente. Siempre cuenta la triste historia de su vida. De hecho cada vez que ve a sus conocidos los pone al día, sin darse cuenta, sobre sus problemas y dificultades. El resultado es que a los 25 años cada vez que se acerca alguien le dice entre líneas y de manera inconsciente: hola soy fea. Se ha definido basándose en sus circunstancias biográficas. Mantiene esa definición en su relato diario y basándose en ello es que los demás renuevan el mito de "sipo es que la Amanda es feita".


O este otro relato: me cuesta enojarme y tengo miedo, es que mi padre era un hombre violento que me causaba terror por eso nunca me enojo, porque enojarme hubiese significado mi destrucción al enfrentarlo,  asunto que trabajé con mi psicóloga y ahora entiendo que  por eso soy tímido,  es por mi padre y te lo cuento a ti mi amigo de que soy tímido y de que es por mi padre, entonces no me pidas que tenga carácter, déjame ser calladito, aunque me gustaría mucho tener carácter, pero como a todos les digo que no tengo mucho, estoy sonado porque eso esperan de mi, que no tenga carácter, porque yo mismo les dije que era tímido.
Es una trampa circular: lo que cuento de mi se me devuelve y perpetúa. Cada vez que digo la historia de mi vida, de mi padre violento y que por este drama soy débil y temeroso, vuelvo a ponerle otra piedra a la firme certeza del "soy débil". Cada vez que narro la historia de mi fealdad, lo que hago es timbrar una definición. Son hechos ciertos, pero al vocearlos e insistir en ellos, los eternizo a través de los otros. Ojo que la historia personal "bonita" también es una cadena.
¿Sabe alguien en las calles de Buenos Aires de que yo soy débil?. Nop. ¿Puedo entonces allá ser fuerte?: ¿y porque no?. Toda persona nueva que aparece en nuestras vidas ignora que somos feos, débiles, tontos, vírgenes, que fuimos abusados, o que somos maniáticos. ¿Lo podrá descubrir con el paso del tiempo?. Probablemente, pero si yo estoy intentando cambiar tal o cual rasgo de carácter, es de cero ayuda  andar gritándolo. Eres tímido si, pero la próxima persona que viene no lo sabe. ¿Por que no practicar con ella el ser expresivo?.
Somos nosotros los que nos encerramos al repetir una y otra vez la historia de nuestras vidas. ¿Conoces a Don Draper?. El es un personaje de ficción, protagonista de Mad Men, notable serie ambientada en los años 60 que transmite HBO. Don Draper  es un alias porque su verdadero nombre era Richard Whitman, hijo de una prostituta que murió al momento de él nacer. Tuvo una infancia muy difícil y apenas puede huye de casa enrolándose para la guerra de Corea en los años 50. En circunstancias especiales, estando sólo con su teniente en un área apartada, este muere quemado, queda totalmente desfigurado y el cambia de identidades con el muerto. Vuelve a USA como Don Draper y se dedica con mucho éxito al naciente mercado de la publicidad en Nueva York. ¿Que destino hubiese tenido el personaje si se hubiese quedado como Robert Whitman y les dijera a todos?: ¿te conté que mi mamá era una puta?. 
Por eso viajamos, porque descubrimos parte nuevas y frescas en nosotros que aun no están exploradas.
El peligro de viajar es que si uno se aferra a su drama y a su biografía, aunque se vaya a la Luna, volverá a ser el mismo siempre. Lo nuevo será estimulante por un rato, pero al final  uno retornará al viejo lar,  que es ese lugar donde mora nuestro aburrido, reiterativo y mañoso carácter que se nutre de la historia personal. Es que a las personas les encanta su historia aunque ella haya sido dolorosa,  porque el mundo es demasiado inmenso y caótico y es mas seguro verlo desde la pequeña parcela que generan las certezas. Y no hay nada que entregue mas seguridad a las personas  que escribir un sincero currículum y revisar el álbum de fotos.
Este riesgo queda expresado muy claro en el poema "La ciudad", del  griego Constantino Cavafis :
Dijiste: "iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón -como un cadáver- sepultado.
Mi espíritu hasta cuando permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá.
Vagarás por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.


¿Es posible cambiar?, me preguntan siempre. Pues uno de los elementos fundamentales para que eso ocurra es dejar por un rato la historia personal y explorar sin definiciones lo que se presente. En el teatro los actores se  deben olvidar de sí cuando se sumergen en un papel.
Tenía 31 años, cuando metí toda mi vida en una mochila y decidí partir. Dejé mi trabajo de médico de aquel entonces, no tenía hijos ni deudas ni tampoco el sueño de la casa propia, así que toda mi vida entró fácil en una mochila. Quería viajar a algún país de Latinoamérica para empezar algo realmente diferente, más allá de mis límites. 
Decidí partir a Brasil por varios motivos: uno es que se habla otro idioma. Expresarse, gesticular y pensar en otro idioma es terreno fértil para la transformación. Tenemos asociaciones y una afectividad muy ligada a las palabras que expresamos en la lengua materna, y que un nuevo idioma cambian. Además Brasil es un país donde las personas expresan sentimientos de manera mas abierta y directa, y estaba necesitado de aprender de ello. El tercer motivo tenía que ver con que Brasil es un continente dentro de Sudamérica, un lugar gigantesco y perfecto para perderse en las no definiciones que buscaba. No conocía además nadie allí.
Después de 1 mes de viajar por tierra, despacio y caleteando, llegué a un pueblito de playa en el Sur de Bahía. Era invierno, no había turistas y el clima era muy agradable. Ahí probé por primera vez presentarme con un nuevo nombre. Me hospede en un simple hotel a la orilla de la playa atendido por un alemán y su mujer bahiana. ¿Como te llamas?, me preguntaron. Manuel, respondí con seguridad.
Me quedé por 2 semanas en esas playas magníficas y por ahora desoladas siendo Manuel. Manuel pa arriba, Manuel pa abajo. Pero Manuel no me gustó. En Brasil supe no se cuentan chistes de gallegos sino que de portugueses, y el personaje de esos chistes siempre es un tal Manuel. ¿Usted es el Manuel del chiste?. Wrong name.
A mi abuelo materno lo vi solamente en una ocasión cuando pequeño, circunstancia en que viajamos pues el vivía fuera de Chile, y se llamaba Ismael. Cuando llegué a Brasil el había muerto hace muchos años.  Así que saliendo de la playita, y siguiendo mi viaje hacia el agreste nordeste brasilero, determiné que mi nombre ahora era Ismael. Montes sería mi apellido porque sonaba bien, y las montañas son un güen símbolo  chileno. Ismael Montes. Don Draper hubiese palidecido.
Durante 5 años viví como Ismael Montes. ¿Pero no hay oportunidades en que hay que mostrar el carné en la vida?, preguntará horrorizado alguien. ¿O tener cuenta corriente?. La verdad que en el Nordeste no. Olvídense del Brasil turístico que conocen de Río, o Angra dos Reis, o de aquel Brasil pujante e industrioso de Sao Paulo, o el sur de Brasil, con mucho inmigrante italiano y alemán. El Nordeste es un Brasil pobre y árido, que depende mucho de las lluvias estacionales, y cuyas sequías a veces suelen durar años: o sertão. Alejándose de la costa, del turismo y los estereotipos, y avanzando hacia el norte y el interior, uno entra en un Brasil profundo, de raza negra, que no celebra fiestas a cada rato, de sombrero de cuero y carne secada al sol, y donde nadie pide carné y la policía no existe.
Mi historia personal era muy breve:
-¿Eres chileno?
-Si.
-¿Y tu familia?
-Mi papá murió cuando yo tenía 5 años.
-Ah., ¿y tu mamá?.
No, ella falleció cuando yo tenía 18.
-Ah, ¿y tienes hermanos?.
-Una hermana que vive en Barcelona con su pareja y a quien no veo hace años.
-Ah, ¿y estudiaste...?
- Si, medicina en Chile.
-Ah, ¿y te casaste?.
-Si y me separé.
-Ah ya.

Y eso sería todo. Inmediatamente tu interlocutor pierde el interés y habla de otra cosa. No hay quejas, no hay dramas, no hay lamentos de que mi papito me cagó, de que mi tío se acostaba con mi mama, de que me decían 4 ojos cuando chico, de que tenía espinillas, de que... nada. Una biografía de twitter en 140 caracteres.  


Me enteré por primera vez de este concepto, del Borrar la Historia Personal,  en la década de los 80 leyendo "Viaje a Ixtlán" de Carlos Castaneda. Ahí Don Juan Matus indio yaqui y curandero, le explica al antropólogo Carlos Castaneda lo que significa borrar la historia personal:

"Don Juan dijo que todos los que me conocían tenían una idea sobre mí, y que yo alimentaba esa idea con todo cuanto hacía.
-¿No ves? -preguntó con dramatismo- . Debes renovar tu historia personal, contando a tus padres, o a tus parientes y tus amigos todo cuanto haces. En cambio, si no tienes historia personal, no se necesitan explicaciones; nadie se enoja, ni se desilusiona con tus actos. Y sobre todo, nadie te amarra con sus pensamientos".
Para los padres uno siempre será el mismo. Para aquellos que nos conocen de toda una vida las cosas son claras: tu eres así y asá. Cualquier intento de pasar de débil a fuerte, de inhibido a sexual, de obediente a rebelde, de día a noche, se topará con la barrera del "pero tu no eres así", "me extrañas", "no te conozco". ¡Pero que necesario es desconocer a alguien de vez en cuando que vive junto a nosotros tantos años!. ¿No comienza acaso a acabarse el amor cuando la pareja se cuenta todo  y se va perdiendo de esa manera  el misterio?. 
Tanta claridad tranquiliza pero es aburrida.
La psicología se alimenta de la historia personal. Hablemos hoy de mama. Hablemos hoy de papá.  Hablemos hoy de tu época de colegio. Es curativo por un rato. Pero cuidado que la terapia interminable es siempre una posibilidad amenazante. Este terapeuta no me comprende entonces voy a ir a contarle de mi mamá a este otro mejor. Y repetimos y voceamos a los cuatro vientos nuestro drama una y otra vez  evitando que éste se extinga y sane definitivamente.
Así fue que siendo Ismael Montes, yo que venía de una formación intelectual intensa y rígida, me transformé en pintor y viví vendiendo cuadros. Francisco no sabía pintar. Siendo Imá -diminutivo con que pronto me bautizaron mis nuevos amigos- conocí como la palma de mi mano la Chapada Diamantina, un Parque Nacional al interior de Bahía del tamaño de la V Region, llena de senderos, mágicas montañas, oscuras cavernas llenas de murciélagos, rios saltarines, y donde oficiaba de guía de trekking para turistas, en viajes que duraban a veces días caminado 30-40 kms por jornada. Francisco con suerte asistía a Educación Física en el colegio. La expresión de los sentimientos corría fluida y abierta. El "Francisco es tímido", no existía. Si nadie te conoce como lo hace un familiar, entonces nadie te puede definir y encarcelar con ese dictamen.
¿Es posible entonces cambiar?. ¡Vaya si puede!. Cavafis se equivoca al creer que si uno lo arruina aquí, destruye toda la tierra. Eso es cierto para los que le rinden culto a la biografía. Un hombre siempre puede posponer su suicidio y partir al mundo a reencontrarse con el misterio olvidado. Es mejor opción que abrir la llave de gas. 
Cada vez que conoces a alguien nuevo puedes cambiar. 
¿Es mentir llamarse de otra forma y contar una historia diferente?. Quizás. Pero si uno mira hacia atrás y sólo ve una neblina, y los nombres y los eventos personales se van desvaneciendo,  uno realmente  ya no está seguro de quien era. Es como "La noche boca arriba" de Cortázar: con el paso del tiempo al no tener historia personal uno confunde si es el tipo de la moto que se accidentó o el cazador maya que se apresta a ser sacrificado. Una vez y cuando ya pensaba en portugués, me acordé mientras me bañaba desnudo en el río que pasaba por mi casa de adobe en el medio de la selva, ¡que yo me llamaba Francisco!. No había pensado en ello en muchas semanas. Sólo en sueños se me cruzaba a veces el sujeto de la moto.
Y entonces un día se regresa, y uno puede retomar la biografía que quiera, y volverse a llamar como le bautizaron, y reencariñarse con el viejo apodo. Allí esta La Plaza Italia, la Virgen aún corona el cerro, y la cordillera luce igualita, pero hay algo que nunca volverá a ser lo que era, algo que se rompió para siempre: las certezas.


25 comentarios:

  1. ufffffffffffffff como somos

    ResponderBorrar
  2. hace pocas horas, me tope entre unos papeles, con un ejercicio que me pidió una psicologa de escribir mi auto biografía, la leí, ya no me produjo pena... ya soy otra
    es muy lindo lo que escribiste, gracias por compartirlo

    ResponderBorrar
  3. es una responsabilidad con uno mismo cambiar aquello que nos hace felices, y cuando uno lo logra se siente fenomenal.

    ResponderBorrar
  4. buena reflexión...la gran mayoria de las veces nosotros mismos nos limitamos, y repetimos mecanicamente la forma en que aprendemos a vernos y autodefinirnos...

    ResponderBorrar
  5. Gracias por compartir esta historia, me encanto!

    ResponderBorrar
  6. Sera que ese es el motivo por el que me siento como encerrada?... me gustan los cambios pero siempre que quiero cambiar a alguien le parece raro o se molestan, y me siento en la obligación de volver a mi antiguo patrón que hace que no esté cómoda conmigo misma y quiera escapar, por eso a veces lloro y no me atrevo a decir que quisiera ser otra y sentirme libre, empesar otra vez y equivocarme menos o de manera diferente y no es que no quiera a los que tengo, solo quiero volar libre y ser mejor persona y así aportar mas a mi vida y a la de ellos...

    ResponderBorrar
  7. que coincidencia!!!...vengo llegando hace pocos días de un viaje que realice sola, justamente para borrar un poco mi historia personal!!!, nos vemos, Paula

    ResponderBorrar
  8. la semana pasada terminé el viaje a ixtlán, sincronia??

    ResponderBorrar
  9. JUSTAMENTE VIAJARE HOY...Y HABER LEIDO ESTO ME PARECE EXTRAORDINARIO! LIBERARSE CUESTA MUCHO, SI NO ERES TU, SON LOS DEMAS LOS QUE TE ATAN A SER QUIEN ERES, PORQUE FUISTE Y SE SUPONE Y ESPERAN QUE "SERAS"

    ResponderBorrar
  10. Gracias Ismael porque me diste una nueva perspectiva de la cosa. Y gracias Francisco por volver, porque no cacho mucho el portugués.

    ResponderBorrar
  11. Wuaaaaaa..............que maravilla el poder transmitir la verdadera lucidez.
    Gracias!!

    ResponderBorrar
  12. por esas casualidades de la vida me encontré con esta pagina, con tu historia... me gustaría tan solo pensar que es real y que no es un sueno que de tanto querer que se hiciera real uno lo escribe como si lo hubiese sido... me emociona el hecho de que sea verdad, por que yo sin querer (o con querer quizá...) también lo hice, y leerlo fue como decir... vaya no fui tan loca... borre la biografía que sentía me estaba aplastando en todos los sentidos, y nació a medias una mujer fantástica, digo a medias porque quizá mi error fue entrar en ese guion de forma muy superficial en ciertos aspectos, porque en otros por muy contradictorio (y me declaro una enamorada de las contradicciones) que suene alimente ese personaje con el alma mas linda que podía mostrar y entregar. Y de ese guion extraño alguien se enamoro, me he cuestionado si también se enamoro de mi y no tan solo de ese guion... no lo se, y quizá ya nunca lo sepa... no conocer a alguien, se fundamenta por el hecho de no conocer tu familia, tu nombre, tu paradero? cuando si conociste mejor que nadie sus secretos, sus suenos, su amor, casi su alma entera? quizá así sea, no saber datos sea no conocer a alguien... vaya que duele que te digan "no te conozco" después que entregaste eso que no se ve... y sin querer corrobore ese miedo y certeza que por muchas cosas fue el titulo de mi biografía, no merecer amor real, vivir la soledad. Desde ese día creo que asistí a una especie de parto, de mi propio parto a la vida, con un dolor inmenso, porque también la culpabilidad de sentir que mentiste es fuerte... hice las cosas mal no se, entendí que borrar una biografía no te ayuda a transformarte, es mas, creo que para hacerlo antes hay que asumirla, entenderla, descifrarla... quizá tan solo así funcione. En fin, gracias por tu escrito, nunca pensé que pudiera encontrar algo que se asemejara a lo que pase (en cierta forma), siempre es agradable saber que no eres tan loca como algunos lo pensaron.

    ResponderBorrar
  13. Asi es,...cada cierto rato pienso que si volviera a vivir algunas situaciones, lo haría de otra forma, actuaría de otra manera, yo sería otra. La vida a veces te da revanchas aqui mismo sin tener que ir a Brasil, y en algun sentido me siento feliz de haber estado lúcida y reconocer esas oportunidades para ser OTRA.
    La reinvención es un tema, y permitirse cambiar y evolucionar sin importar lo que piensen los que te rodean, incluso los que te quieren, es dificil. Pero si es una necesidad del alma, entonces es más poderosa y lo demás tendrán que entender y aprender a relacionarse con este nuevo"ISMAEL". Cariños

    ResponderBorrar
  14. fatastico me voy a brazil !!

    ResponderBorrar
  15. Que grato leer tu vivencia y animos a desprendernos de nuestra biografia que nos impide a descubrir lo nuevo cuando afloran resistencias enraizadas. Durante esta semana emprendo mudanza a otra cuidad dentro de Chile. Mi nombre lo conservo, pero hay algo que queda en la capital y también he encontrado oportunidad para reconciliarme con viejas creencias y personas que me ayuden a cambiar de enfoque y dar paso a desligarme. Dejando atrás la cuidad para que no sea la única que visite donde sea que valla. Me fascino el poema griego "La cuidad"

    ResponderBorrar
  16. wuauu... me pego tu relato... me gusto mucho... todo un privilegio poder haber hecho ese viaje si es que es real...sino..tb todo un privilegio tener esa capacidad y empatia de imaginar ser otra persona

    ResponderBorrar
  17. Frescura...liberación...

    ResponderBorrar
  18. francisco todos te alaban ...mmm , todos parecidos ...antes te konsideraba un gurú pero me he edado cuenta ke uno tien ke ser su propio creador, gurú, lider, mas allá de kererse reinvertase, los chuenke y nilo lo dicen ..hay ke acerse denuevo kada día...y para eso no hay ke irse muy lejos , x ejemplo yo me viene al sur donde el olor a menta x las mañanas te inunda el cuerpo. pero el cambio a sido de a poko, cada día miro observo y escuxo tomo lo ke kiero y dejo lo ke ase daño...cada vez más esto se parece a la felicidad. te mando infinitos cariños porke en ocaciones iluminas a algunos. polet

    ResponderBorrar
  19. Maestro: En Turquía o Marruecos (países arábes), no es lo mismo, se lo comento con vivencias propias, no es sólo el cambio de nombre, existe el Hiyab o Burka para las mujeres de toda educación (agfanistan,crueldad con ése tema), dá lo mismo quien eres en aquellas culturas, todo nos cubre de la verdad a diario con el Hijab.....ellos esconden la pureza, de nuestra promesa a Dios.Las feministas musulmanas insisten, además, en que el empleo del velo varía de acuerdo al momento y el lugar. Las activistas de Arabia Saudita, por ejemplo, han reivindicado la utilización de un tipo especial de velo; las iraníes, por otra parte, lo asumieron como señal de protesta ante el régimen del shah, que fuera derrocado por la revolución islámica de 1979. Dentro del mundo musulmán, la vestimenta de las mujeres implica un gesto integrador, pero fuera de él puede convertirse en lo contrario. Así, es frecuente que el chador, que toca la cabeza de las musulmanas que viven en Occidente -incluso aquellas de ascendencia occidental- las haga víctimas de discriminación, por ejemplo en Estados Unidos o el Reino Unido.


    Quiero ser parte del curso: "viajes a las estrellas2, por favor, me puede sólo contemplar...

    Un Abrazo.
    Surama

    ResponderBorrar
  20. chico has cumplido con tu obligacion, ya decia juan matus "El conocimiento no cepta voluntarios"

    ResponderBorrar
  21. GUAAAAAA!!! me gustó mucho el relato.... ahora quiero viajar...hace rato que quiero viajar sin expectativas...hasta la vuelta

    ResponderBorrar
  22. Gracias por este artículo, Francisco. No sabes lo oportuno que ha sido leerte justo hoy. Se ve que las cosas llegan a ti cuando lo necesitas. Ven a Madrid, organiza aquí un curso. Saludos.

    ResponderBorrar
  23. escuché de alguien decir que "lo único constante es el cambio", frase que acuñé durante algún tiempo pero que ahora me provoca algo de conflicto porque consideraba que mi historia personal siempre estaba en constante cambio. ahora se que nunca borré la esencia de mi historia personal. gracias por compartir!

    ResponderBorrar
  24. Excelente. Ser nadie.

    ResponderBorrar